Autor/Fuente: eltribuno.com
Publicado: jueves septiembre 13, 2018
Andrea Silvera
Los alumnos investigaron las causas por las que algunos compañeros no rendían en clase.Se dieron con que se ven obligados a trabajar bagayeando para ayudar en sus casas.
Un grupo de alumnos del colegio secundario 5.040 de la ciudad de Orán, más conocido como Unidad Educativa, quedaron seleccionados finalistas entre 278 proyectos del todo el país, por una investigación que realizaron el año pasado donde mostraron la realidad de los alumnos que trabajan en la frontera como bagayeros.
“Jóvenes hormigas de frontera”, fue un proyecto investigativo que llevaron adelante los chicos, donde dejaron expuesta la cruda realidad y números alarmantes.
Tras ese trabajo llegaron a la conclusión de que casi 300 jóvenes cumplen tareas de “bagayeros” en la zona.
La profesora que lideró la iniciativa es la vicedirectora Ivana Acosta, quien se manifestó feliz por este reconocimiento.
“Estamos felices”
“El pasado 29 de agosto recibimos un e-mail de la Fundación del diario La Nación, de Buenos Aires, en el que nos notificaron que quedábamos como finalistas entre casi 300 proyectos de todo el país”.
“Así que otra vez comenzamos a sentirnos nos sentimos ganadores, independientemente de que seamos o no elegidos entre los tres primeros, que son los que reciben dinero”, aclaró la docente, porque ya triunfó en las etapas locales de las ferias de las ciencias del año pasado.
“Si nuestro proyecto es elegido entre los mejores, la fundación cubrirá todo los gastos para el viaje, en noviembre, a Buenos Aires de los chicos y docentes. Pero eso no nos preocupa, ya con estar entre los 20 mejores de todo el país estamos felices”, concluyó Acosta.
Esta iniciativa comenzó el año pasado, y fue premiada en la Feria de la Ciencia en Salta, algo que les permitió viajar posteriormente a Tecnópolis, a participar con otros proyectos del país, donde también fue galardonada por la importancia de los realizado por los chicos.
“Jóvenes Hormigas”
Los alumnos de 4 año primera división del colegio 5.040 trabajaron un poco más de un año en una investigación social sobre la cantidad de jóvenes adolescentes que trabajan de bagayeros para sobrevivir.
En el 2017 decidieron presentar el resultado de su investigación en la Feria de Ciencias regional y, contra todo pronóstico, obtuvieron el primer premio.
La iniciativa comenzó en 2016, cuando realizaron un estudio de Ciencias Sociales bajo la tutoría del profesor de geografía Felipe Paredes, mientras cursaban el 2 año, donde el tema a desarrollar era “Pobreza y vulnerabilidad social”.
Testimonios de la investigación
“En el aula teníamos seis compañeros que llegaban tarde, faltaban o se dormían, y aunque trataban de ocultarlo, el motivo era que trabajaban cargando bultos en la frontera para colaborar son su familia”, contó Mélani Carabajal.
Fue la propia vicedirectora Acosta quien los incentivó a presentarse en la Feria de Ciencias representando al colegio ubicado en el barrio Gemes de la ciudad de Orán.
El proyecto se denomina “Jóvenes Hormigas en la Frontera” y describe la cantidad de adolescentes entre 14 y 19 años que trabajan en la frontera como bagayeros para ayudar a las familias y por ende llegan muy cansados a la escuela, se duermen en clase o se contagian de enfermedades endémicas que son propias de la zona de la selva tropical.
Resultados alarmantes
Después de encuestas, entrevistas y trabajos de campo, el informe estuvo listo para mostrar la cruda realidad por la que atraviesa un gran porcentaje de los jóvenes de Orán.
Los resultados arrojaron que el 12% de los jóvenes entre 15 y 19 años trabajan de bagayeros y asisten al Bspa, al colegio secundario 5.023 y al Colegio 5.040 donde la mayoría la matrícula proviene de familias vulnerables y la mayoría llevan realizando esta tarea 2 o 3 años, con un total de alrededor de 300 alumnos trabajando de manera informal.
En este informe se pudo conocer la realidad de personas, con condiciones socioeconómicas desfavorables, involucrados en esta red de contrabando. Algunos, incluso, sin conocer que forman parte del narcotráfico hormiga y que en su carga muchas veces llevan distintos tipos de drogas.
“Los adolescentes y jóvenes que trasladan mercadería de contrabando desde Bolivia se encuentran presionados por la situación de pobreza que atraviesan y al ejercer dicha tarea se involucran en actividades de gran riesgo físico, emocional y psicológico, riesgos a los que tampoco escapan los adultos, aunque ellos no fueron el objeto de nuestras investigaciones”, contó otra de las alumnas participantes.
Se la pasan viajando
“Lo que más nos llamó la atención es que los alumnos que tienen 18 años o más viajan a distintos puntos del país llevando la mercadería de contrabando. Nos conmueve ver cómo llevan un gran peso sujetado por una vincha plástica y apoyan la carga desde la nuca en una postura que les traerá graves consecuencias en sus columnas con el tiempo”, expresó conmovida Delfina Inda, cuando le llegó el turno de dar su testimonio.
“Los que se dedican a transportar productos en forma ilegal pertenecen a los sectores con gran vulnerabilidad social y la falta de otras fuentes de trabajo los llevan a realizar dichas tareas formando parte de una cadena donde ellos realizan una actividad esclavizante pero necesaria para poder sostener o ayudar económicamente a sus familias”, explicó a su turno Facundo Tolaba, sobre los riesgos que corren bagayenado, como la exposición al peligro de ser golpeados, arrestados o asaltados, como así también a formar parte de una red de narcotráfico sin proponérselo o sin saberlo.
Daños colaterales
“No mencionan los riesgos de su bienestar y salud, ante lo cual podemos concluir que es una tarea insalubre por el gran peso que llevan en sus columnas y la exposición constante a adquirir enfermedades endémicas. Como contrapartida, no hay acciones políticas o gubernamentales que se propongan ayudar a estos jóvenes”, concluyó el alumno.
Lo más interesante es que ellos esperan superarse en la vida. De hecho, muchos estudian a pesar del gran desgaste físico, psíquico y la presión social; tienen metas de tener un mejor trabajo. Ante tantos prejuicios y obstáculos siguen soñando y anhelando una mejor calidad de vida.
Una realidad muy dura
A partir de esta realidad que los golpea muy duro es que el grupo de trabajo decidió que era de suma importancia difundir en los distintos medios el resultado de la investigación, recorrer los distintos colegios y barrios brindando información mediante talleres de concientización, pero sobre todo realizar una jornada de trabajo con directivos de los colegios y autoridades de los ministerios de Educación y de Seguridad, para tratar la problemática de estos adolescentes.
Así fue que luego el proyecto llegó a la Feria de las Ciencias del año pasado y resultó ganador en todas las instancias; local, regional y provincial.
Luego, desde Buenos Aires se interesaron en el tema y la Fundación La Nación lo aceptó en el certamen anual que premia los mejores trabajos de investigación realizados en todos los colegios del país por los alumnos.