Bermejo: que la salida no sea el narco

Autor/Fuente: elpais.bo

Publicado: viernes mayo 31, 2019

Hoy es el último día en que los bagayeros bolivianos podrán pasar mercadería al otro lado de la frontera sin mayores controles. Desde el sábado 1 de junio, todos estos bagayeros – con y, tal como referencia la Real Academia de la Lengua – se habrán tenido que convertir en importadores legales, pagando tributos y limitando el importe diario a 500 dólares.

Además, todos los entonces importadores deberán residir en Orán, es decir, en la práctica se impide a los bolivianos dedicarse al negocio de importación, pues solo podrán pasar la mercadería de turista común y nada que sea susceptible de negocio. Este tema no resulta tan polémico por aquello de que en la frontera todos somos más o menos de todos sitios, pero así está el tema.

Para Bermejo supone un nuevo golpe a su ya precaria economía, que en todos los casos debería haberse preparado para este momento, y que sin embargo no lo ha hecho.

Lo cierto es que no es posible que una ciudad del tamaño de Bermejo se dedique de una forma tan abierta al contrabando sin que nadie haga nada al respecto, que no necesariamente se refiere al control represivo de las fronteras sino a estimular alternativas al rubro y la propia formalización, así sea liberando de todas las cargas posibles.

Es cierto también que el cierre de la frontera afecta específicamente a los bagayeros y el grupo de comerciantes que dominan el eje de importación de mercadería asiática. El contrabando que ingresa a la Argentina no es precisamente producción boliviana, sino que los bolivianos ejercemos básicamente de porteadores de mercadería desde los puertos de Chile al norte argentino, siendo más barato ese procedimiento que su ingreso por el Atlántico. Un tema para reflexionar.

Además, la frontera, siempre de ida y vuelta, se había convertido en los últimos meses, dada la debacle de la política económica de Mauricio Macri, en una puerta de entrada inmensa para los productos argentinos, que aún fuera del mercado, logran mayores márgenes de beneficio en Bolivia que en su propio país. Basta con darse una vuelta por cualquier feria – y mercado regular – de Cercado para darse cuenta de la abrumadora cantidad de productos argentinos que están en los puestos. Ninguna – o casi, por no generalizar – tiene importador legal en Bolivia.

El Bermejo petrolero del X2; el Bermejo gasífero del X44; el Bermejo de IABSA, del cajón y de la obra pública interminable ha ido dejando demasiado espacio en su economía a la informalidad y el contrabando, y ahora urgen planes alternativos que las autoridades locales no han sido capaces de articular, menos el Gobierno Nacional.

El riesgo evidente es el de la inseguridad. Dos meses sin gomones y los gremiales y vecinos ya empiezan a advertir señales contradictorias. El Tribuno de Salta reporta día por medio incautaciones de droga en esta frontera que siempre fue tan pública y porosa que nunca se registraron guerras por el control del territorio por la sencilla razón de que el territorio eran puertas abiertas para todos.

Algunos ilusos pueden creer que con el control de la frontera y la desaparición de los gomones, el narcotráfico dejará de existir, pero lo probable es que la dificultad reduzca la competencia y multiplique las ganancias de los que – entonces sí – controlen el territorio. El resto lo hemos visto en Colombia, México, etc.

Es necesario en esta coyuntura que las autoridades tomen medidas efectivas y urgentes.

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